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El pan es, y ha sido desde hace siglos, uno de los alimentos básicos de nuestra dieta. Junto con otros cereales, el arroz, las legumbres, las patatas, las frutas y las verduras, forma parte de la base de la Pirámide de la alimentación saludable.
El pan, especialmente el integral, nos ayuda a cubrir nuestros requerimientos diarios de hidratos de carbono y algunos micronutrientes como las vitaminas del grupo B, el selenio, el fósforo y el hierro.

En el último siglo, el estilo de vida de la población ha evolucionado en gran medida. Hemos cambiado el tipo de trabajo que tenemos, las características del núcleo familiar, las actividades y el tiempo libre, repercutiendo todos estos cambios sobre nuestros hábitos de alimentación.

Uno de estos cambios dietéticos ha sido el consumo diario de pan. En los últimos 30 años, el consumo de pan ha pasado de 134kg de pan por persona y año, a 45 kg de pan por persona y año en 2011, suponiendo una disminución de más del 30%.

Y mientras el consumo de pan ha ido disminuyendo, las cifras de personas afectadas de sobrepeso y de obesidad han ido incrementando. la última edición de la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012, daba a conocer la noticia de que el sobrepeso y la obesidad ya afectan al 37% y al 17% de la población adulta, respectivamente.

Coincidiendo con el aumento del número de personas afectadas de sobrepeso y obesidad, el interés de la población general para la alimentación y por las pautas dietéticas más convenientes para perder peso también se ha visto incrementado.

Para dar respuesta a esta demanda, en los últimos años múltiples dietas han aparecido pregonando el éxito en poco tiempo. son las conocidas “dietas milagro”. la mayoría de estas “dietas milagro” como la low carb diet, la dieta hiperproteica, la dieta Dukan, la paleodieta, etc, coinciden en el hecho de atribuir al pan un efecto negativo sobre la pérdida de peso, y col • colocando a la lista de los alimentos prohibidos o restringidos.

Así pues, nos preguntamos, “es bueno tomar pan si quiero adelgazar”? a esta pregunta, la mayoría de la gente responde con un “no”.

Y mientras que muchos profesionales médicos desaconsejan su consumo, varios estudios sitúan el pan al otro lado de la balanza.

Un estudio realizado por la unidad de nutrición clínica del Hospital de la Paz del año 2011, sobre una población de 104 mujeres que seguían una dieta hipocalórica, concluyó que la inclusión del pan en la dieta de adelgazamiento no interfiere en la pérdida de peso, facilita su seguimiento, y que además, aumenta los niveles de saciedad.

La revisión de más de 120 estudios, hecha en 2012 por el equipo del dr. luciera sierra Majem de la universidad de las Palmas también mostró que el pan podía tener un efecto positivo en la pérdida de peso y que sobre todo ayudaba a mantener una dieta equilibrada.

Y por otro lado, en la población infantil, el estudio Hábitos alimentarios, ingesta de energía y nutrientes y padecimiento de sobrepeso / obesidad en escolares españoles. diferencias en funciones de super consumo de pan, dirigido por la dra. rosa ortega, concluyó que los niños que consumían más pan presentaban menor probabilidad de padecer sobrepeso y obesidad, realizaban una dieta más equilibrada y tenían menos indicadores de riesgo cardiovascular.

Es por ello, que basándonos en la evidencia, resulta conveniente cumplir con la ingesta diaria de pan recomendada por la OMS, que en una dieta equilibrada de 2200kcal se encuentra alrededor dels200-250 g; y de 100-180 g de pan, en el caso de que se siga una dieta de adelgazamiento.